La situación actual del Covid-19 nos ha hecho reflexionar sobre cómo nuestras acciones influyen en nuestro futuro. Somos responsables de cómo vivirán las generaciones de mañana. No podemos predecir el futuro, pero está en nuestras manos que nuestro Planeta sea un lugar mejor.
El uso obligatorio de mascarillas, necesario para protegernos frente al coronavirus, ha hecho que el consumo de plástico sea inevitable. Según un estudio de WWF, si el 1% de las mascarillas que se utilizan se desechan mal, terminaríamos con 10 millones de mascarillas al mes contaminando el medio ambiente. Por eso es imprescindible incidir en la gestión correcta de los residuos.
La pandemia de la COVID-19 ha provocado un aumento significativo en el uso del plástico, tanto en hospitales como en los hogares, sobre todo de usar y tirar.
Esto ha devuelto a los envases de un solo uso un protagonismo que ya no le corresponde. Una situación que está generando en todo el mundo un mayor volumen de residuos plásticos, muchos de los cuales se convertirán con el tiempo en microplásticos.
Como consecuencia de las medidas higiénicas de estos meses, el plástico ha vuelto a utilizarse de forma masiva como superficie aislante, ya sea en pantallas faciales, en mamparas en las cajas de los supermercados o en productos desechables como guantes y envoltorios de alimentos. Un material que es responsable de gran parte de los residuos contaminantes que se acumulan en nuestro planeta, solo en España su consumo anual supera los 3,5 millones de toneladas, de los que 2,5 millones se convierten en residuos.
Un problema ambiental de escala planetaria. Por eso desde URUCCU queremos concienciar a la población del impacto que tiene cada pequeña acción que se realiza individualmente. Y como empresa hacemos todo lo posible por no utilizar plásticos de un solo uso o darle a los envases plásticos una nueva vida.